Marcadores moleculares del carneofaringioma y correlación clínica
Description
El craneofaringioma es un tumor poco prevalente, aún poco conocido, y sobre el que hay todavía numerosos interrogantes abiertos. No se conoce con exactitud la prevalencia de los distintos síntomas y signos al diagnóstico, que es muy variable dependiendo de las series de casos publicados (y que son escasas); tampoco se conoce con certeza el tratamiento más efectivo, ni los factores de riesgo asociados con recidiva o persistencia de enfermedad, entre otras. Es por ello que se requieren estudios que describan no sólo la forma de presentación del craneofaringioma, sino que también permitan dilucidar este tipo de factores y su relación con el pronóstico. Por regla general, el craneofaringioma es considerado un tumor carente de receptores hormonales, y poco influenciable por variaciones en los niveles plasmáticos hormonales salvo excepciones. Sin embargo, existen en la literatura casos descritos de craneofaringiomas de desarrollo abrupto con la gestación, incluso con pruebas de imagen previas sin alteraciones (86–88). En relación a este hecho, en algunos estudios aislados se ha evidenciado la presencia en estos tumores de receptores funcionantes de estrógenos, progesterona e IGF-1, los cuales de forma fisiológica en otros tejidos y en otros tumores de órgano sólido tienen un efecto trófico conocido, induciendo crecimiento y proliferación celular a través de la activación de receptores nucleares y de vías de señalización intracelulares (88–93). Entre las interrelaciones con distintas vías de señalización, destaca la asociación entre Wnt/ β-catenina, implicada en la génesis y diferenciación de la adenohipófisis a partir de la bolsa de Rathke y en la génesis de numerosos tumores derivados de la misma como el prolactinoma, y el receptor α estrogénico, que es capaz de activar la vía de Wnt incluso en ausencia de ligando (aunque la presencia del mismo mejora aún más la interacción) (12,13,66,67). En condiciones fisiológicas, la vía canónica de Wnt se inicia con la unión a un receptor de membrana que inicia una cascada de señalización intracelular, resultando en la inactivación del complejo de la 32 Glucógeno-Sintasa-Kinasa 3β (GSK3beta) citoplasmática, y por tanto inhibición de la fosforilación de β- catenina y su destrucción dependiente de ubiquitina en el proteasoma. La β-catenina se trasloca al interior del núcleo, donde interacciona con TCF (T-Cell Factor) y LEF (Lymphoid Enhanced Factor), induciendo la expresión de diversos genes, entre los que destacan c-myc, CCND1, c-jun, PPARD o FOSL1, relacionados con el ciclo celular, la proliferación y la diferenciación celular (12,66,74). Como demostraron en 2004 Kouzmenko y colaboradores con un elegante experimento in vivo en un modelo de Drosophila, existe un crosstalk entre ambas vías a través de una interacción funcional entre el receptor estrogénico α (ERα) y β-catenina, presente incluso sin la presencia de ligando, pero potenciado de forma importante por el mismo; por otro lado, Li y colaboradores han reportado inhibición de crecimiento de células procedentes de craneofaringioma humano tras su cultivo con tamoxifeno, un potente inhibidor estrogénico (66,93). Cabe recordar la presencia en más del 70% de craneofaringiomas de la variante mayoritaria (adamantinomatosa) de mutaciones en el exón 3 del gen de la β-catenina que evitan su lisis proteasómica, por lo que en base a lo expuesto, la presencia de estos receptores podría jugar un papel mucho más importante del que inicialmente podría pensarse en la génesis del craneofaringioma y sus manifestaciones clínicas. De confirmarse, podría abrir la puerta a nuevas opciones de tratamiento adyuvante basados en la modulación de estos receptores, de tal forma que podrían mejorar los resultados clínicos y reducir las complicaciones secundarias a tratamientos agresivos y recidivas
Additional details
- URL
- https://idus.us.es/handle//11441/76159
- URN
- urn:oai:idus.us.es:11441/76159
- Origin repository
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